Por: Consuelo González // Fotos: Lore Gata
El pasado sábado se realizó en el Parque Quinta Normal el Festival Femfest, una tarde al aire libre cuya banda sonora fueron siete agrupaciones compuestas por mujeres, que desplegaron su talento y profesionalismo. Alrededor de doscientas personas presenciaron a las bandas, algunos de pie viendo de cerca a sus favoritas, otro sentados en el pasto con amigos o bien con la familia, no hubo disturbios ni mala onda, todos estaban a gusto y atentos recibiendo la música que llegaba a sus oídos con una calidad destacable.
En general cuando uno va a un festival, y más encima si es al aire libre, existe la duda preliminar sobre la calidad del sonido, y en eso Femfest sacó aplausos. La organización y producción es otro punto a favor de Femfest, funcionaron como reloj, y eso que ninguna de ellas oficiaba de “generala”, todas las integrantes de las bandas tenían cargos tanto fuera como dentro del escenario con tiempos y tareas claras, lo que hacia que no hubieran errores torpes ni tampoco atrasos eternos entre bandas o cambios en la grilla, todo fluía con ánimo y compromiso; seguro la sensación era de satisfacción, tres meses de organización rindieron sus frutos.
Entre cada banda, salían a escena las multifáceticas animadoras, Hija de Perra y Barbie, que hicieron reír con sus diferentes caracterizaciones de deportistas, candidatas a la presidencia, rockeras y dueñas de casa, entre otras peripecias que hacían en sus labores como anfitrionas, mezclando humor negro sobre situaciones que aquejan a las mujeres. Desinhibidas e irónicas, captaban la atención del público de inmediato, un enganche muy acertado para que no se perdiera el hilo entre los cambios de banda y uno pudiera deleitarse con las elocuencias de este power dúo.
A cargo de la apertura, minutos después de las tres de la tarde, estuvo Reinaluna, trío que fusiona elementos del rock tradicional con folclore y sonidos autóctonos mapuches, generando una atmósfera mística y armoniosa, con composiciones interesantes y no tan comunes para lo acostumbrado a escuchar en este género. Luego apareció Solita, una chica con guitarra de palo en mano que se sentó a cantar, con su voz singular y suave, letras de tono personal con melodías atrayentes, se notaba en ella honestidad para con su música, que ya se la quisieran algunas solitas que andan dando vueltas.
Hace tiempo que Las Jonathan no tocaban, una de las integrantes fue mamá y eso las mantuvo en stand by, pero en Femfest no podían estar ausentes, son parte de él desde 2004, o sea, desde los inicios. No se notó que hubiera pasado tiempo, siguen con su afinidad y estilo característico avalado por la extensa trayectoria en el circulo punk rock de sus integrantes, y más de alguien coreó sus temas y agradeció su vuelta a las canchas.
Hasta ese momento no habían subido al escenario más de tres chicas por banda. Con D’mulut y la cambió, a pesar de que también son trío (bajo, batería y voz), esta vez invitaron en los últimos temas a Valeria Kierbel en coros y Berni Traub en guitarra. D’mulut fue un punto alto del festival, la calidad profesional de cada una se elevó en composiciones que pisan con fineza de taco aguja una infinidad de estilos y colores musicales, una canción tras otra, y su experiencia envolvía el ambiente y el público reaccionó a la par de sus emociones. Para cerrar quedo una muy bien lograda versión de “Paranoid Android”. D’mulut, siendo la cuarta banda en escena, le dio un golpe de energía muy acertado, en una tarde donde aún quedaban tres grupos más por escuchar.
A cargo de continuar estuvo Esperpéntica, y no se quedó atrás de sus antecesoras, ellas también relucieron con sus conocimientos musicales, teniendo otra cosa en común: no son presas de un estilo en particular. La presentación de Esperpéntica fue muy interesante, con matices muy femeninos en sus melodías, composiciones con cambios muy bien logrados. El sol ya iba cayendo y ellas lo acompañaron llevando los sentidos a otro nivel, con pinceladas de música clásica.
Vaso de Leche entró en escena y los ánimos vuelven a entrar en la tierra del rock y de la energía propia de una banda intensa, potente, que tiene una afinidad destacable. Dos chicas y esta vez un baterista que las acompañaba; supe que antes no tenían baterista y ocupaban Drum Machine, pero desistieron y hoy un ser humano las acompaña. Vaso de Leche, es una banda consistente y con una parada propia muy convincente.
Es el momento de la última banda, ya casi estaba obscureciendo, Hija de Perra y Barbie se despiden vestidas de rockeras trashers, y dejan a la gente con LiLiTs, acto reflejo la gente cerca del escenario aumenta considerablemente, entre punkies, rockeros y otras calañas de gente. Este trío que lleva ocho años de trayectoria, irrumpe con su punk rock que ha ido tomando diferentes matices. LiLiTs, tiene sello propio y han logrado consolidarse, sabiendo reaccionar frente a diferentes circunstancias, como una banda que hoy se presenta afiatada y con canciones que pasean por ritmos que ya no sólo se corresponden al punk. Otro punto alto que tuvo Femfest, que dejo los ánimos arriba para que cada uno terminara ese día sábado con su carga de rock en las venas, pero eso sí, rock hecho por mujeres que no excluye ni discrimina, sólo nos recordó que el rock tampoco lo hace.
Las iniciativas que parten desde el compromiso, y más aún, sin fines de lucro, son necesarias en este país, el aporte de Femfest es considerable para hacernos entender que no sólo basta con tener una banda, hay que generar, educar y acercar a la gente. Cada uno puede exponer su música como quiera, si este colectivo de chicas así lo quiso, con éxito lo logró y no deja espacio para críticas, sino para decir que la proactividad es la salvación de nuestra música.
La Vagoneta 